jueves, 12 de abril de 2012

Abril número uno.







Un día crees que estas por encima de todo, ni nada ni nadie lograrán derribarte. Estás brillando como nunca antes. Eres fuerte, imparable, hermoso.
Pero hay otros días en los que no sientes tu cuerpo, tus huesos, tu aliento,  y eres  polvo arrastrado por el viento.
Y hay otros más, en los que solo hay vacío y silencio. Quietud insoportable. No hay reacción. No hay  razones, no hay respuestas,  no hay preguntas. Sólo tú, contemplando la misma escena sin color  una y otra vez.
Abril se mete hasta la cama y no me deja respirar. De nuevo Abril, no sé si te odio porque vienes o si te odio por no estar.

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