lunes, 30 de abril de 2012
LIMONES Y NIÑOS.
A veces cuando te descuidas, percibes imágenes, sabores y hasta olores que te obligan a detenerte un poco y reconocer cada uno de ellos. A mi me pasa muy seguido, pero es difícil de explicar, de repente algo a tu alrededor sucede y crees, más bien estás seguro que ya lo habías sentido, y no estoy hablando de deja vus. Pones atención y tratas de reconocerlo. De repente BANG! ahí estás, transportado a algún momento de tu vida, la sensación es exquisita, sin embargo es un tanto confusa y veloz como la luz. Ahí estaba, casi la tocaste y te agarraste a ella, pero no, solo se va. Es extraño como funciona la memoria, tal vez solo es la mía. A mi me deja raramente feliz y nostálgica sobre todo cuando los recuerdos parecen de la infancia: siento algo parecido a la seguridad y me siento muy bien aunque solo dure unos segundos.
Hoy intenté buscar sensaciones que explotaran en recuerdos de mi niñez, pero fue inútil.
No importa, compré un cupcake de limón para festejar los restos de infancia que no estoy preparada para dejar ir.
Yom!*
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